lunes, abril 26, 2010

Ultimo Round.

Descaradamente vendo mis ilusiones al diablo. Sacar a 100. A ver si asi junto la plata para pagar una hora contigo. Por que las vendes ¿No? Asi funciona tu vida. Como un robot tragamonedas, bailas por centavos. Que tonta se es cuando se piensa que la real life es como la cuentan en las películas. Esta semana intentaré volver a ser lo que fui en mis mejores momentos: Una escéptica, y no volveré a creer en Papá Noel.
Ahora me río, claro, ya me deshice en llanto, pero la verdad en este momento entiendo que todo pasa por algo y lo que necesitaba era hacerme mas dura, mas resistente al desengaño, para dejar de actuar como marioneta víctima ante el desenfado de tu compañía diaria.
No sé cuánto tiempo más tú podrás sobrevivir así, en ese deplorable estado, rascándo las paredes. Espero que mucho, me agradas sin duda, pero no vuelvas a interrumpir mis sueños con tus inoportunas pesadillas de películas animadas.

lunes, abril 19, 2010

Hace mucho que no escribía aquí.

Será que al fin ocurrió lo que pensaba: Este hijo de puta terminó por extinguir mis pasiones, los deseos profundos que afloran a la superficie de mi piel como en blanca tierra fecunda. Basta la señal de su índice alto para aniquilar cada oscura sensación gatilladora de mis palabras insolentes.
Ahora me libero de su presión por un par de días y tengo claro lo que quiero hacer: Dar rienda suelta a mis curiosidades, a cada perversa alucinación de su forma egoísta para reformular cada verso, cada palabra violadora del silencio, mis sangrientos pensamientos...

Mi esternón toca el suelo, mis manos apenas sostienen el peso de su mirada sobre mi cuerpo rendido boca abajo en el piso, entregado a sus juegos perversos. Nadie juega como tú, con nadie me agrada tanto perder, si me insolento quiero tu disciplina, tu violencia semiamarga, deliciosa. Cualquier movimiento grotesco toma esa luz hambrienta de la media mañana, de la madrugada asfixiante cerca de su cuerpo frío, tus huesos roídos por la crueldad de las delaciones de mi boca que destila el veneno del vicio, el sabor de tu boca misma, de tu sangre maldita y ebria huyendo desesperada bajo las capas de tu piel que se tornean como un todo sin límites a la media luz de mi semiconciencia.


Muero de deseos de castigarte por tu mala actitud, pero desisto, cedo siempre ante mi debilidad animal.

Datos personales