jueves, agosto 14, 2008

El Costado siniestro




Es un sentimiento demasiado oscuro el que me une a ti.


Porque a pesar de que me haces profundo daño, idiota, te necesito, es como una dependencia masoquista, no sé.
Eres mi vicio de sangre y sarcasmo.
Eres mi nada, mi palacio allá en las nubes.
Todo lo que no me sirve, los reflejos en el agua que se ven pero no se tocan.
Puta, no sé si es el vodka con esa kem extreme que me tiene asi: Más terroríficamente despierta y lúcida de lo normal
Y tengo náuseas.
Y vértigo.

Y esta piel que se extiende sin limites (Y sin dueño, quizás perpetuamente) me tiene harta y mi humanidad generosa (demasiado para mi gusto, secretamente, claro) me enferma.

"Quizás la enferma seas tú" - Dijo.

Si... puede ser, la mezcla rabiosa de rojo enfermo
y ese dorado siniestro me hace alucinar mas pelotudeces de lo acostumbrado.

Quiero que seas prescindible.
Ahora mismo me reconozco adicta a tu piel, muchacho, de la forma mas violenta, mas desgarrada.
Quiereme, ámame con mas fuerza, que mis poros no resisten esta presión.
Violentamente feliz moriría en el fondo de tu éxtasis, imbécil.
Quiero tu debilidad, tu cuerpo frágil para mí y quiero odiarte a fuerza de tanto desearte y amarte.
Quiero volverme prescindible.
Necesito que mañana no recuerdes nada para apaciguar mi consciencia enbravecida como el mar.
Úsame, tienes mi autorización.
- Perdóname.- Dijiste.
¡No! No te perdono. Te busco imperfecto, para que no opaques mi espítiru.
- Me gustas así, como si estuvieras hecha a palos.

... Lo que hiciste después, ya es otro cuento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Entre la cosas que el no tiene, ahi te encuentras tu! ... sientete orgullosa, besitos :)

Datos personales